A propósito de las vacunas, lo que más circula por internet es la desinformación. La de quienes rechazan todo tipo de avances científicos y ponen en riesgo al resto de la humanidad, pero también la de aquellas fuentes que deben ofrecer neutralidad y objetividad. Existen vacunas muy beneficiosas, que han salvado millones de vidas y todos deberíamos recibir. La eficacia o conveniencia de otras resulta dudosa. Tanto así que muchos profesionales de la salud no las aplican. Ante ese panorama, he aquí un libro necesario, en el que el autor reflexiona, a partir de ejemplos comunes como la vacuna del sarampión, la gripe y el virus del papiloma humano, sobre cuándo y por qué debemos ejercer el pensamiento crítico.